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Foto del escritorPayton Johnson

El impacto persistente del acoso escolar o bullying


Como padre/madre, específicamente de un niño con problemas sociales, emocionales, de conducta o de salud mental, el acoso escolar es algo que probablemente esté en tu mente bastante seguido. Odiamos que algunos niños hayan soportado, y estén soportando, acoso escolar y queremos poder ayudar a los padres a detenerlo. El acoso escolar, también conocido como bullying, no es un “rito de transición” o algo propio del territorio del crecimiento, es un problema importante que asola los vestíbulos de nuestras escuelas, los pasillos de los autobuses escolares y las pantallas que están frente a las caras de tus hijos. Cuando un/a niño/a sufre una situación de acoso activa, no solo siente temor de ir al colegio o de participar en las rede sociales, también el ser víctima de acoso escolar permanente afecta al niño/a de una forma que puede acompañarlo el resto de su vida. En PA Parent and Family Alliance nos reunimos con un padre, y abuelo, Fred Jacobs, que sufrió acoso intenso durante su infancia y en la actualidad se ve afectado por cosas que ocurrieron hace 50 años.


students getting on the bus

“No era un chico rudo, no era un atleta. Solo era un chico del montón tratando de descubrir esto que llamamos vida. Iba a la escuela y me propinaban una paliza y me planteaba abandonar. Mis padres no me permitían que abandonara. Si me concentro todavía puedo sentir los golpes”, relató Jacobs mientras recordaba los días en que era acosado. Mencionó que esto afectó en lo inmediato y a largo plazo su salud mental. “Lo desconocido me provocaba una intensa ansiedad, no saber si me iban a lastimar. Todavía tengo problemas de confianza debido al bullying”. Si bien la depresión y la ansiedad fueron inmediatas, a largo plazo, en el caso de Jacobs, aparecieron el consumo de drogas y la adicción.

“La automedicación con drogas y alcohol vino después, y gracias a Dios ya pude superarlo. Esto es lo que le ocurre a las personas que sufren traumas como el acoso escolar. Pueden aislarse o automedicarse a su manera. Muchas personas no hablan sobre los traumas de la infancia y por qué nunca desaparecen”.

Si bien Jacobs sufrió un acoso escolar importante, dijo que siente que hoy los niños pueden pasarlo aún peor que él. Los que lo acosaban no podían seguirlo hasta su casa y hacerle daño cuando no estaban en la escuela. Actualmente los niños sufren un acoso similar al que sufrió Jacobs en el patio de juegos y el autobús, pero eso parece no tener fin debido al acoso cibernético o cyberbullying. Las redes sociales han posibilitado que el mundo ya no nos parezca tan grande. Conectan familias que están dispersas por el mundo. En nuestras plataformas, conectan a padres que han sufrido luchas similares, pero para un/a niño/a que sufre acoso, los ata a la fuente de su miedo y no les permite escapar. Jacobs podía encontrar paz y consuelo en su casa con sus seres queridos. Era la escuela lo que le causaba temor, no su casa.

young child looking upset

Ahora cuando los niños regresan a casa no hay un interruptor de apagado en la interacción con sus compañeros de clase. Si bien esto puede ser una oportunidad para que charlen y se relacionen con sus amigos, también puede ser una oportunidad para que el acosador continúe dañándolos. Jacobs quiere animar a los padres a que tengan una comunicación muy abierta entre ellos y sus hijos. Asegúrense de que su hijo/a sepa que siempre puede contar con ustedes para hablar sobre las cosas que le ocurren. También recomienda que estén atentos a lo que hace su hijo/a en línea para garantizar su seguridad general, así como estar muy atentos a sus cambios de humor y las fluctuaciones de su salud mental.


Jacobs menciona como consejo para los padres que tienen un hijo/a que sufre acoso, que sigan presionando hasta que se resuelva. “Conocen el dicho: el que no llora, no mama. En este caso, es muy cierto y es importante que sigas yendo a la escuela y procurando que los problemas que enfrenta tu hijo/a sean tomados en serio. Averigua los hechos. Averigua los nombres, los lugares donde ocurre, las clases en particular en las que sucede. Lleva todos los datos que tengas a la escuela de tu hijo/a de manera tranquila y haz tu mayor esfuerzo para mantener las emociones bajo control. Aunque tu hijo haya sido etiquetado como “problemático”, no te detengas hasta que se haya solucionado”, dijo Jacobs. En su opinión, cree que lo más importante que puedes hacer es reunirte con otros padres cuyos hijos estén viviendo cosas similares al tuyo. “Si reúnes a un grupo de padres, haces que ese grupo se siente en la primera fila de una reunión de PTA y lo abordas de una forma que no sea amenazante, se verán forzados a tomar el asunto mucho más seriamente. Ustedes son los contribuyentes”.


Según el pensamiento de Jacobs sobre lo que se puede hacer la escuela, quiere enfatizar que los niños van a la escuela a aprender y no a estar en un ambiente hostil. “Los maestros y los niños están en riesgo. Los están retirando de las aulas, los niños están demasiado atemorizados para concentrarse en aprender”, declaró. Continuó diciendo que en las escuelas tienen que saber lo que pasa dentro de sus cuatro paredes y procurar tener una posición firme contra el acoso.


“Todavía siento que vuelvo a ese estado mental cuando me encuentro en situaciones que me hacen sentir amenazado o atrapado. Puedo sentir que surge nuevamente", declaró Jacobs. Al priorizar su salud mental, se encuentra mucho mejor posicionado que antes. Hace décadas que se mantiene sobrio y, aunque todavía lucha contra la depresión y la ansiedad, esto ni se acerca a lo debilitante que era todo cuando era joven.


Como es padre y abuelo, puede ver el acoso desde una perspectiva diferente. Cuando le preguntamos si sus hijos habían sufrido acoso, dijo que no, al menos que él supiera. Ninguno de sus hijos acudió a él en busca de ayuda por una situación de acoso escolar. Y en cuanto a sus nietos, dijo que han sufrido acoso y que sintió que era peor debido al nuevo factor del acoso cibernético. Jacobs les dijo a sus nietos lo que le diría a cualquier niño/a que esté sufriendo acoso. “Cuéntenselo a alguna persona con autoridad, en la escuela y en casa. No puedo ir a la escuela a protegerlos todos los días y tampoco puede hacerlo mi hijo (su padre). Necesitábamos equiparlos con el conocimiento de que no tienen que enfrentar esto solos y que buscar ayuda no es “ser un soplón”.

Jacobs se vio afectado por el acoso escolar de una manera que lo acompañará el resto de su vida. Quiere emplear su historia para decirles a los padres, las escuelas y los niños que el acoso no es algo que se deba dejar pasar. Quiere instar a las escuelas y a los padres a estar atentos sobre lo que ocurre con sus hijos y cómo las cosas que ocurren afectan su salud mental. Quiere que los niños pequeños que sufren acoso sepan que su autoestima no está ligada a lo que este compañero de clase en particular piense de ellos y que buscar ayuda es demostrar fortaleza, no debilidad.


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